martes, 11 de marzo de 2008

Finalizando

Ø En séptimo lugar, el divorcio absoluto entre la formación profesional y la empresa y entre la universidad y la empresa. Algo que aunque en el siglo XXI resulta inconcebible sigue siendo una muy cruda realidad en España. Es verdad que en los últimos tres años estamos viendo saltos espectaculares de cambio en esta dirección, sobre todo en áreas tecnologiotas que es donde más atraso tenemos. Los avances de colaboración entre empresas y universidades en nuevas tecnologías de la comunicación y en actividades biotecnológicas esta siendo notable. Sin embargo debe extenderse al conjunto de las titulaciones y carreras.

Ø Al fallar esta relación entre empresa y sistema educativo dilapidamos recursos en formar personas que no saben si estudian lo que realmente quieren estudiar, que aún sabiéndolo no están preparadas de forma práctica para el empleo preciso y para que nuestro sistema productivo sea competitivo.

Ø En octavo lugar, sigue fallando el reconocimiento al verdadero empresario que, además de ganar dinero, impulsa ideas, genera empleo y ayuda como nadie a mantener el Estado de Bienestar.

Concluyendo:

Es preciso mejorar los sistemas de atención y la imagen de los Servicios Públicos para mantener y mejorar la estructura impositiva y en general todo el sistema fiscal de modo que a los empresarios y ciudadanos “no les importe” pagar ya que sabrán que los servicios serán de calidad y se podrá crear más y mejor empleo. Más allá de los servicios de empleo, que conocemos todos/as más directamente no es normal que algunos tramites administrativos se alarguen años sin ninguna explicación con la consiguiente inseguridad para el inversor y el riesgo sobre los empleos.

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