martes, 11 de marzo de 2008

Continuando

Ø En cuarto lugar, los sistemas de educación permanente y ocupacional son derrochadores e ineficientes. Basta ver la forma de ejecutar la formación ocupacional e incluso de programarla para ver que estamos derrochando energía y dinero. Es verdad que es mejor hacerlo que no hacerlo pero veinte años después se podría avanzar y consolidar el “sistema de formación para el empleo”.

Ø En quinto lugar, los sistemas públicos de empleo son ineficientes, no están centrados en las demandas del sujeto y no cuentan con profesionales adecuados.

Ø En sexto lugar, la familia en el estado español actúa de forma sobreprotectora, en parte por la falta de medios y recursos en servicios e iniciativas que actúen como puente entre la familia y la emancipación total del joven. En este sentido si podemos ver experiencias en la UE de las que tenemos mucho que aprender. Lugares como residencias que compatibilicen el alojamiento con el trabajo y el estudio, en su caso.

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