martes, 29 de enero de 2008

Jornada "Binomio Vivienda y Empleo: Un enfoque integral de la inclusión social"

Si el otro día hablabamos de los nuevos retos del tercer sector de acción social, no podemos obviar uno fundamental como es conseguir adoptar un enfoque integral en las actuaciones de inserción sociolaboral.
La exclusión residencial y la exclusión laboral son componentes de un todo que es la exclusión social y que el derecho a una vivienda digna está íntimamente ligado a otros derechos fundamentales como el derecho al empleo y viceversa.

Ambos tienen una influencia directa en las relaciones sociales y en la convivencia de los individuos. Los instrumentos de mejora del acceso a la vivienda son por casuística herramientas de lucha contra la exclusión social, por lo que las actuaciones en materia de vivienda deben tener como objetivo final la inclusión social, especialmente si tenemos en cuenta que los procesos de inserción social implican una perspectiva integral en la que la vivienda es un factor fundamental.

De entre todos los factores relacionados con la problemática de acceso a la vivienda, es el empleo la que guarda una relación especialmente estrecha y la cual habría que tener en cuenta a la hora de diseñar políticas y programas de vivienda. Esto es mucho más visible en el caso de los jóvenes por los efectos que tiene en la tasa de emancipación y por tratarse de uno de los colectivos que más sufre la precariedad laboral, desempleo y temporalidad- y los bajos salarios.

¿Qué papel juegan las entidades sociales en la lucha contra la exclusión laboral y residencial?

¿Podemos aprender y exportar buenas prácticas que están siendo desarrolladas a nivel local en España y Europa
?


Os invito a buscar la respuesta a estas preguntas en la jornada que la Fundación Domus Labora ha organizado para el próximo día 28 de febrero que tendrá por titulo "Binomio Vivienda y Empleo: Un enfoque integral de la inclusión social" en la que se contará con la participación de entidades y buenas prácticas europeas, como la Unión de Foyer de Francia o La comunidad Eldonian, y nacionales como la Red de viviendas de inclusión de la Fundación un Sól Mon o el Observatorio de vivienda del Consejo de la juventud.

No falteis a este encuentro de acceso libre y gratuito, ocasión perfecta para abrir el debate sobre la participación de las entidades sociales en la ejecución de políticas de vivienda y empleo y las herramientas disponibles, y compartir reflexiones y buenas prácticas nacionales y extranjeras exportables a otros contextos.


Más información:

lunes, 21 de enero de 2008

¿Puede la economía ser social?


Parece que la mano invisible del mercado, como metafóricamente tuvo a bien llamar Adam Smith a la libre asignación de recursos por parte de un mercado no intervenido, no entiende de equidad, sino de eficiencia; digamos que el libre funcionamiento del mercado tiende al óptimo de Pareto: “Una situación económica es óptima en el sentido de PARETO si no existe ninguna otra posibilidad de satisfacer más cada una de las personas o, como mínimo, satisfacer más algunos sin perjudicar los otros” lo que no quiere decir que no existiese otro reparto de recursos que fuese más equitativo e igual de eficiente – al menos desde el análisis teórico, por lo que nos encontramos con una solución múltiple llamada frente de Pareto-, o yendo un poco más allá con las dificultades de valoración que esto conlleva ¿Habría algún reparto que aportase a la sociedad más utilidad en términos de equidad que la pérdida de eficiencia que conlleva? Insistiendo en la importancia de incluir en la valoración de la utilidad los efectos indirectos derivados de las externalidades positivas y negativas que puedan derivarse, por ejemplo: Un reparto más equitativo de los recursos en una sociedad determinada podría tener efectos positivos en términos de estabilidad y baja criminalidad, por no decir menor desempleo y efecto positivo en la marcha de la economía.

La economía social surge de la respuesta a esta última pregunta, pero añadamos un matiz de opinión: La economía social no puede situarse en las antípodas de los criterios que rigen la economía tradicional, digamos eficiencia, rentabilidad y productividad o estaría poniendo en riesgo su propia supervivencia.

La economía social y los empresarios sociales son, a nuestro parecer la tercera pata que complementa y ajusta la existencia y efectos de la interacción entre mercado y el estado.

Por tanto, la economía no es ni deja de ser social, pero si es posible fomentar y apoyar la coexistencia de formas de economía social junto a las más tradicionales en cuyo propósito no sólo esté la consecución de rentabilidad económica son también la consecución de fines sociales, y que estos fines sociales tengan efectos positivos indirectos – externalidades positivas- sobre la sociedad en su conjunto y más concretamente sobre la buena marcha de la economía.


lunes, 14 de enero de 2008

Nuevos desafios para el tercer sector

Venimos hablando en los días anteriores de la importancia de innovar y emprender e intraemprender en el tercer sector, pero antes preguntémonos, ¿estamos preparados en las entidades de inserción laboral para el cambio? y algo más, ¿hay cambios relevantes a los que adaptarse?

En los últimos años venimos viendo como el desempleo ha pasado de ser más un factor causante de la exclusión a una consecuencia, como el desempleo ha pasado de dos dígitos a uno, como la integración sociolaboral requiere cada vez más de un enfoque integral no sólo en el ámbito del empleo, sino también en relación a otros aspectos sociales como educación, vivienda o salud.

Estos son sólo algunos cambios que se están produciendo en el ámbito de la exclusión social además de los propios cambios en el funcionamiento y realidad del sector social. Aunque es conveniente sin duda empezar por análisis del entorno, de los recursos y capacidades y de las amenazas y oportunidades - Véase por ejemplo el
PLAN ESTRATÉGICO DEL TERCER SECTOR DE ACCIÓN SOCIAL publicado por la plataforma de ONGs de acción social- y lo haremos, adelantaremos ya para la reflexión y el debate las algunas propuestas.

Y empecemos a partir de aquí a debatir...

martes, 8 de enero de 2008

Comentarios a la ley de empresas de inserción

Si algo es cierto, es que la nueva ley de empresas de inserción es una ley tan necesaria como esperada; y esto es cierto en parte, por la necesidad de una armonización nacional de un fenómeno que estaba siendo regulado y subvencionado de manera desigual en las distintas comunidades autónomas, ahora, dicho esto la cuestión es:

¿Es la reciente ley la más apropiada para conseguir los objetivos de inserción laboral?

El fomento de la economía social y mas concretamente de empresas de inserción, es una fórmula más para generar empleo y por tanto inserción laboral, que tiene de interesante la facultad de poder vincular la inclusión laboral de colectivos en situación de exclusión con la sostenibilidad e incluso rentabilidad del proyecto; dicho esto, la cuestión a debatir no es sólo la obligación de que el promotor sea en un 51% una entidad no lucrativa - esto puede tener su razonamiento en el interés de garantizar el seguimiento y cumplimiento de los itinerarios de inserción así como los fines sociales del proyecto- sino la obligación de reinvertir al menos el 80% de los beneficios si los hubiese en la empresa de inserción.


Ninguna empresa querrá invertir en un negocio del que no pueda obtener beneficios por bonificaciones que tenga o beneficios de imagen social, ¿y en el caso de una ENL? ¿No es una pena que no puedan derivarse beneficios económicos a proyectos sociales no tan rentables y disminuir así la dependencia económica de la entidad? A fin de cuentas, una ENL por definición no reparte beneficios, todo se dedica a los fines sociales, y la pérdida de flexibilidad en el reparto de ingresos entre proyectos va en detraimiento de la independencia del sector no lucrativo tan necesaria como comentada. Se puede decir que al imponer la condición de reinversión de, al menos, el 80% de los beneficios, la ley no fomenta especialmente el fortalecimiento e independencia económica del sector y menos aún la colaboración con entre los sectores lucrativo y no lucrativo.

Ya iremos viendo... y debatiendo.