lunes, 21 de enero de 2008

¿Puede la economía ser social?


Parece que la mano invisible del mercado, como metafóricamente tuvo a bien llamar Adam Smith a la libre asignación de recursos por parte de un mercado no intervenido, no entiende de equidad, sino de eficiencia; digamos que el libre funcionamiento del mercado tiende al óptimo de Pareto: “Una situación económica es óptima en el sentido de PARETO si no existe ninguna otra posibilidad de satisfacer más cada una de las personas o, como mínimo, satisfacer más algunos sin perjudicar los otros” lo que no quiere decir que no existiese otro reparto de recursos que fuese más equitativo e igual de eficiente – al menos desde el análisis teórico, por lo que nos encontramos con una solución múltiple llamada frente de Pareto-, o yendo un poco más allá con las dificultades de valoración que esto conlleva ¿Habría algún reparto que aportase a la sociedad más utilidad en términos de equidad que la pérdida de eficiencia que conlleva? Insistiendo en la importancia de incluir en la valoración de la utilidad los efectos indirectos derivados de las externalidades positivas y negativas que puedan derivarse, por ejemplo: Un reparto más equitativo de los recursos en una sociedad determinada podría tener efectos positivos en términos de estabilidad y baja criminalidad, por no decir menor desempleo y efecto positivo en la marcha de la economía.

La economía social surge de la respuesta a esta última pregunta, pero añadamos un matiz de opinión: La economía social no puede situarse en las antípodas de los criterios que rigen la economía tradicional, digamos eficiencia, rentabilidad y productividad o estaría poniendo en riesgo su propia supervivencia.

La economía social y los empresarios sociales son, a nuestro parecer la tercera pata que complementa y ajusta la existencia y efectos de la interacción entre mercado y el estado.

Por tanto, la economía no es ni deja de ser social, pero si es posible fomentar y apoyar la coexistencia de formas de economía social junto a las más tradicionales en cuyo propósito no sólo esté la consecución de rentabilidad económica son también la consecución de fines sociales, y que estos fines sociales tengan efectos positivos indirectos – externalidades positivas- sobre la sociedad en su conjunto y más concretamente sobre la buena marcha de la economía.


1 comentario:

Andrés dijo...

Comparto con ustedes la información sobre este diplomado que dictará el 2008 en su septima versión, la Universidad de Chile, a través del Programa Interdisciplinario de Estudio Asociativos, PRO-ASOCIA. EL Diplomado en gestion estrategica de empresas asociativas y organizaciones del tercer sector.

Y aquí el link de la pagina

http://www.facso.uchile.cl/programas/proasocia/proyectos/educativo/diplomado/index.html

Favor difundir, cualquier duda o consulta sera bienvenida.



Andrés