Ustedes trabajan codo a codo con administraciones como la comunidad autónoma gallega. ¿Cómo funciona su colaboración?
Nuestras dos redes son un sumatorio de entidades locales con un «modus operandi» completamente local. No hay un denominador común de toda la red. Por ejemplo, en Galicia colaboramos con el servicio de empleo gallego, poniendo en contacto a empleadores y empleados. Otras de nuestras entidades actúan con objetivos específicos, y hablamos por ejemplo de ex reclusos, gitanos, mujeres víctimas de violencia de género, etc. Tenemos concertados programas con el Ministerio de Trabajo y también con Igualdad, o con el Instituto de la Juventud.
¿Cree que el monopolio del INEM está empeorando la situación del empleo?
Todo monopolio por naturaleza es una anticualla. Es una rareza que en España haya un monopolio público y sobre todo en algo tan dinámico como es la intermediación laboral. Aunque por ley se han abierto las puertas a algunos agentes como las agencias de trabajo temporal, se impone un corsé a que se habiliten agencias privadas de colocación, que casi no existen. El Servicio Publico de Empleo Estatal (antes llamado INEM) sigue teniendo un monopolio de facto y el resultado de todo ello son unas tasas de intermediación bajísimas. Nosotros no tenemos ánimo de lucro y muchos dicen que el derecho al trabajo es constitucional.
¿Cuáles son los fallos del INEM?
El mero hecho de que sea público y monopolístico hace que se llene de burocracia. Por poner un ejemplo sangrante, con unos 4,6 millones de parados, el INEM está cerrado a la tarde, aunque hay algunas oficinas que sí que abren, pero no es suficiente. Yo creo que el INEM sí podría ocuparse de determinados colectivos como los de muy difícil inserción, esos colectivos a los que nosotros atendemos ahora. Esa es la función del Estado, llegar donde la sociedad no llega. Pero hay un peso ideológico que impide que otros agentes puedan mediar en la intermediación. Y mientras siga el INEM, seguiremos viendo a la gente hacer colas cuando hay capacidad suficiente para atenderlos sin que tengan que esperar. Además, los pocos empresarios que usan el INEM están muy descontentos, porque tardan días y días en gestionarles las ofertas de empleo. Antes que la eficacia, anteponen otros criterios.
¿Cómo se lleva la intermediación laboral en nuestros vecinos europeos?
La práctica totalidad tienen sistemas mixtos, de colaboración real. En Europa en general se permite a la iniciativa privada participar de los servicios de empleo y en Francia, por ejemplo, se ha sacado a concurso la gestión.
Ustedes preconizan un contrato de 33 días de indemnización por año trabajado en caso de despido.
Pensamos que debe generalizarse a todo tipo de colectivos el despido a los 33 días. Y sólo para jóvenes uno específico indefinido de menos costes. Un contrato para jóvenes es imprescindible, porque tenemos un 40% de paro juvenil, lo cual es africano. Que se pregunte a los jóvenes si prefieren no trabajar y estar en el paro o una indemnización de 20 días en caso de despido y un contrato indefinido.
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1 comentario:
Enhorabuena desde a Coruña y ánimos para conseguir realmente ser la voz de estas familias.
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